Robert Michiels

BY ESPERANZA ARCOS

Mi lista de nuevas aventuras para el 2019 me lleva, nada más comenzar el año, al encuentro de un artista de lo más singular: Robert Michiels.

Ganó el premio de la "Escultura Joven Belga" en 1966, el premio  Hainaut en 1967, el primer premio en la "Bienal de Madrid" y la "Bienal de Middelheim" en Amberes en 1969. La escultura “Halterofilia” de Robert Michiels, que fue premiada en la  II BIENAL en 1969, se encuentra en la entrada de la Residencia Joaquín Blume en Madrid.

Autodidacta, comenzó su carrera artística como músico de jazz y pintor, pero rápidamente optó por la escultura.

Michiels utiliza, como materia prima para sus obras, los objetos fabricados que le recuerdan las múltiples e infinitas transformaciones de la mano del hombre creando un ciclo continuo de producción, consumo, destrucción… de manera que me encuentro frente a obras compuestas por objetos como palos de golf que cobran vida y se transforman en personajes emitiendo un mensaje de lo más real.

Después de disfrutar de una sabrosa comida cocinada por su esposa Claudine, al pasear entre las paredes de su taller me encontré como en un lugar poblado por personajes imaginarios.

Sus obras son ensamblajes de elementos industriales, materiales reciclados  y combinados con madera u otras materias para formar figuras humanas, animales e insectos extraños con un toque surrealista donde el elemento repetitivo y el humor desempeñan un papel muy importante.

Michiels es un creador que percibe la vida con los dedos y consigue convertir su pensamiento en obras de arte absolutamente insólitas. Es un hombre que impacta tanto por su pensamiento como por su forma de ser tan sencilla y tan auténtica como la de un niño jugando en medio de un parque habitado por los seres mágicos fruto de su creación.